La ciudad definida únicamente por conceptos que van de lo económico a lo jurídicamente correcto y viceversa, es ciega a la demanda social de reclamo a una ciudadanía activa. Este estado en el que vivimos, casi de limbo, velado por ese concepto, que el modelo neoliberal toma como propio llamado: democracia (el que abusado muchas veces descalifica o mejor dicho califica a los anti sistema) ha dejado en claro que reclamar la “ciudad que quiero”, es una demanda que no nos corresponde a nosotros. Los fantasmas de economías etéreas y globalizadoras han destruido esta exigencia y los restos de esta destrucción se han guardado tras la escenificación del clímax de la felicidad consumista, llamada mall (que ha comenzado a hacer metástasis en Arequipa). La pregunta (obvia) sería: ¿es esta la ciudadanía que queremos? maquillada una y mil veces por paisajes enmarcados en escenarios urbanos artificiales o como diría Guy Debord: espectaculares. Jordi Borja, geógrafo y urbanista, director del Programa de Gestión de la Ciudad, en la Universidad Abierta de Catalunya, aborda el tema de la ciudadanía activa, con el propósito de ubicarla al lado de otros como ciudad y espacio público logrando el maridaje que creo propone un inicio a reflexiones que a veces parecen incompletas. Les dejo un video en youtube de Jordi Borja, en donde toca varios temas y entre estos el problema de no ejercer una ciudadanía activa que desemboca en la enajenación de la ciudad ideal.
